top of page

Resultados

Principales resultados

Chi-cuadrado.png
V Cramer.png
OR.png

La Tabla IV muestra los principales resultados de las nadadoras españolas para cada estilo y edad. En esta tabla se incluyen sus frecuencias por trimestres, el estadístico de la chi-cuadrado (x2), la V de Cramer y los odds ratio (OR) para todos los trimestres. Esta tabla sigue el ejemplo de trabajos anteriores (Cobley, Abbott, Dogramaci, Kable, Salter, Hintermann y Romann, 2018; Abbott, Moulds, Salter, Romann, Edwards y Cobley, 2020; Staub, Stallman y Vogt, 2020). La prueba de la chi-cuadrado (c2) se utiliza para comprobar si la diferencia entre frecuencias diferentes es debida al azar. La chi-cuadrado suele ser útil en análisis con una o dos variables habitualmente nominales. En este estudio, como se observa en las tablas IV y V, se ha realizado una prueba chi-cuadrado con una variable nominal (trimestres) para verificar el objetivo planteado. El estadístico de la chi-cuadrado depende de la diferencia entre las frecuencias observadas y esperadas de cada trimestre y se obtiene con la siguiente fórmula:

 

 

Por otro lado, para complementar este análisis, la V de Cramer se ha incluido también en las Tablas IV y V. La prueba de la chi-cuadrado informa sobre la existencia de una relación, pero no del tamaño del efecto de la asociación. Por lo tanto, este estadístico ayuda a tener una visión más amplia de los resultados de la chi-cuadrado. La V de Cramer oscila entre un valor mínimo de 0, indicando que no existe asociación, o un valor máximo de 1, reflejando una asociación perfecta. La magnitud del efecto estimado oscila entre V < 0,17 para un efecto pequeño, entre 0,17 ≤ V < 0,29 para un efecto medio y V ≥ 0,29 para un efecto grande (Cobley, Abbott, Dogramaci, Kable, Salter, Hintermann y Romann, 2018). La V de Cramer se calcula con la siguiente fórmula:

 

 

 

El odds ratio (OR) es una medida que comprueba y analiza la relación que existe entre dos magnitudes diferentes. El término odds ratio en inglés ha sido traducido al español de muchas maneras: razón de ventajas, razón de productos cruzados, desigualdad relativa, razón de momios, y por oportunidad relativa (Martín-Moreno y Banegas, 1997). Sin embargo, debido a que las traducciones no son muy acertadas se ha decidido mantener su nombre original. En este estudio, se analizará la relación que existe entre cada uno de los trimestres (T1 vs T4; T2 vs T4; T3 vs T4). Por lo tanto, para cada OR el RAE se expresa como una fracción donde el numerador indica el porcentaje de individuos nacidos en los primeros tres trimestres del año y el denominador el cuarto trimestre (Lesma, Pérez-González y Salinero, 2011). Para obtener el OR se emplea la siguiente fórmula:

 

 

Además, las Figuras I, II, III y IV ofrecen una perspectiva muy visual de la distribución de la muestra por edades para cada estilo. En estas figuras se puede observar como el número de las muestras de nadadoras del primer trimestre tienden a disminuir, mientras que el número de nadadoras de los últimos trimestres se incrementan a medida que las nadadoras tienen una edad mayor. Los resultados de la Tabla IV muestran que en los cuatro estilos, entre los 12 y los 14 años, el tamaño del efecto es medio, especialmente para los estilos libre y mariposa. Los OR oscilan entre 1,9-3,2 en las comparaciones T1 vs. T4 para todos los estilos y las edades mencionadas. Los mayores efectos se encuentran en las pruebas de espalda y libre para la edad de 12 años. Además, teniendo en cuenta los resultados de la x2, la V de Cramer y los OR, se demuestra la presencia del efecto de la edad relativa en todas las edades, pero especialmente hasta los 14 años. De este modo, a medida que la edad de las nadadoras va aumentando, se observa que el efecto de la edad relativa perdura, siendo la x2  significativa en todos los casos, pero moderando su efecto y llegando a no ser significativo en el estilo de braza a los 17 años (p = 0.070). Por lo tanto, queda claro que a partir de los 16 años el efecto se desvanece en los cuatros estilos, aunque la caída es mucho mayor en la braza. Además, puede afirmarse que se percibe una diferencia entre el estilo libre y de mariposa (que son estilos algo más exigentes físicamente) en comparación con los estilos de espalda y braza (que son estilos ligeramente más técnicos). Resumiendo, aunque en todas las pruebas y estilos se aprecia un efecto de la edad relativa entre los trimestres y edades en las pruebas de género femenino, hay edades y estilos con mayor o menor efecto de la edad relativa que otros, quedando demostrado que las distribuciones están descompensadas a favor de las nadadoras nacidas en los primeros trimestres.

Por otro lado, la Tabla V muestra los principales resultados de los nadadores españoles para cada estilo y edad. En esta tabla se incluyen sus frecuencias por trimestres, el estadístico de la chi-cuadrado (c2), la V de Cramer y los odds ratio (OR) para todos los trimestres, igual que en la tabla de género femenino. Esta tabla del género masculino se ha realizado igual que la del género femenino. Además, las Figuras V, VI, VII y VIII ofrecen una perspectiva muy visual de la distribución de la muestra por edades para cada estilo. En estas figuras se puede observar como el número de las muestras de nadadores del primer trimestre tienden a disminuir, mientras que el número de nadadores de los últimos trimestres se incrementan, a medida que las nadadores tienen una edad mayor. Los resultados muestran que, en los cuatro estilos, entre los 13 y los 15 años, el tamaño del efecto es medio, especialmente para los estilos libre y espalda. Los OR oscilan entre 2,17-3,48 en las comparaciones T1 vs. T4 para los estilos y las edades mencionadas. Los mayores efectos se encuentran en las pruebas de espalda y libre para las edades de 13 y 14 años. Además, teniendo en cuenta los resultados de la c2, la V de Cramer y los OR, se demuestra la presencia del efecto de la edad relativa en todas las edades, pero especialmente hasta los 15 años. De este modo, a medida que la edad de los nadadores va aumentando, se observa que el efecto de la edad relativa no desaparece, siendo la c2 significativa en todos los casos, pero moderando su efecto. Sin embargo, cabe destacar que a los 18 años los estilos de mariposa y braza no son significativos (p = 0.192 en braza y p = 0.096 en mariposa). En consecuencia, es evidente que a partir de los 17 años el efecto se desvanece en los cuatros estilos, aunque la disminución es mayor en el estilo de braza (p = 0.192). Resumiendo, aunque en todas las pruebas y estilos se aprecia un efecto de la edad relativa entre los trimestres y edades para el género masculino, hay edades y estilos con mayor o menor efecto de la edad relativa que otros, quedando demostrado que las distribuciones están descompensadas a favor de los nadadores nacidos en los primeros trimestres. 

Por último, el análisis de la varianza (ANOVA) se utiliza para calcular las diferencias medias de rendimiento de cada uno de los grupos de datos seleccionados (diferentes rendimientos por trimestres) y compararlas. Teniendo en cuenta lo anterior, esta prueba ayudará a representar la variabilidad de los rendimientos obtenidos por los nadadores y compararlos por trimestres. El estadístico utilizado en el ANOVA es la F que, al igual que los estadísticos anteriores, será significativo para una p < 0,05. Por lo tanto, la tabla VI muestra el rendimiento medio de las nadadoras de género femenino (convertido en puntos FINA) por trimestres y para todos los grupos de edad considerados. Los resultados muestran que las nadadoras más jóvenes en edad (12-13-14 años) sufren más el efecto de la edad relativa (p < 0,05), sobre todo en las pruebas de estilo libre y mariposa. Esta circunstancia se observa especialmente en la prueba de 100 mariposa donde las diferencias en el rendimiento medio se mantienen estadísticamente significativas hasta alcanzar los 14 años (p = 0,001), mientras que en el 100 libre las diferencias en el rendimiento medio no perduran tanto. Sin embargo, en las pruebas de 100 braza y 100 espalda, la diferencia en las medias del rendimiento en puntos FINA no son estadísticamente significativas, excepto en el 100 espalda para nadadoras de 12 años (p = 0,026). Por último, cabe destacar que en todas las pruebas y edades se observa que las medias de los primeros trimestres son más altas que las de los últimos trimestres, especialmente para nadadoras mayores de 14 años y en las pruebas de 100 espalda y 100 braza, aunque las diferencias de las medias de rendimiento no sean significativas estadísticamente.  

La tabla VII muestra, al igual que en la tabla VI, el rendimiento medio de los nadadores de género masculino (convertido en puntos FINA) por trimestres y para todos los grupos de edad considerados. Los resultados indican que los nadadores jóvenes (13-14 años) sufren más del RAE, en los cuatro estilos analizados (p < 0,050). Hay que matizar que, en la prueba de 100 mariposa (p (13) = 0,008; p (14) = 0,004), 100 espalda (p (13) = 0,038; p (14) = 0,028) y 100 libre (p (13) = 0,000; p (14) = 0,000), las diferencias en el rendimiento medio se mantienen estadísticamente significativas hasta alcanzar los 14 años. Sin embrago, en la prueba de 100 braza, la diferencia de rendimiento entre trimestres perdura en casi todas las edades, excepto los 15 años (p (13) = 0,016; p (14) = 0,002;  p (15) = 0,379; p (16) = 0,035; p (17) = 0,030 y p (18) = 0,006). Siendo muy llamativo que la mayor diferencia se produce en la edad más avanzada. Esto puede ser debido a que en el estilo de braza la fuerza o la potencia no son tan determinantes como que la técnica sea la adecuada para poder avanzar lo suficiente. Por otro lado, en los cuatro estilos se observa que, aunque no haya una diferencia estadísticamente significativa en el rendimiento medio de los nadadores, el primer y el segundo trimestre siguen teniendo una mayor media de rendimiento que el tercero y el cuarto. 

bottom of page